Inicio

sábado, 4 de marzo de 2017

El asesinato de Sócrates

TÍTULO: El asesinato de Sócrates

AUTOR: Marcos Chicot

EDITORIAL: Planeta. Finalista Premio Planeta 2016

FORMATO: Cartoné

NÚMERO DE PÁGINAS: 759

FECHA DE PUBLICACIÓN: noviembre 2016

SINOPSIS:

Grecia, siglo V a. C.
Un oscuro oráculo vaticina la muerte de Sócrates.
Un recién nacido es condenado a morir por su propio padre.
Una guerra encarnizada entre Atenas y Esparta desangra Grecia.
El asesinato de Sócrates recrea magistralmente la época más extraordinaria de nuestra historia. Madres que luchan por sus hijos, amores imposibles y soldados tratando se sobrevivir se entrelazan de un modo fascinante con los gobernantes, artistas y pensadores que convirtieron a Grecia en la cuna de nuestra civilización. A lo largo de las páginas de esta absorbente novela, brilla con luz propia la figura inigualable de Sócrates, el hombre cuya vida y muerte nos inspira desde hace siglos, el filósofo que maca un antes y un después en la historia de la humanidad.

____________________________

Hacía mucho que no tocaba el género de novela histórica y me ha encantado volver a esos tiempos remotos, sobre todo si se trata de mi época favorita de la Historia, la gran Grecia Clásica.
La sensación después de leer El asesinato de Sócrates es de ese sereno y gratificante momento cuando abres un álbum de fotos (objeto desgraciadamente obsoleto pero maravilloso) y sonríes con los viejos recuerdos que te encuentras para, al final, cerrarlo con la complacencia que te otorga el haber pasado un rato gratificante y bonito.

En mi opinión, Marcos Chicot es un gran descubrimiento como autor y seguramente, después de esta novela, no descarto volver a adentrarme en alguna otra aventura de la  Antigüedad de su mano.

Para comenzar, quería hacer una pequeña mención al título del libro. El asesinato de Sócrates me parece algo pretencioso ya que le da ese interés policiaco y televisivo a un hecho histórico que transcurrió de forma sencilla y sin ningún tipo de intriga ni conspiración que hicieran de la muerte de este gran personaje algo espectacular.

También puede ser que lo veamos como una metáfora de la realidad de un filósofo cuya muerte no podía ser más paradójica si nos centramos en sus enseñanzas. Una filosofía basada en la justicia por encima de todo y una justicia que (¡ojo! spoiler para pocos espero) acabó condenándole a una muerte de la que no pudo librarse por sus propios principios, a pesar de ser totalmente  injusta y basada en los prejuicios del ser humano.

Sócrates aparece en la novela de manera casi secundaria pero podemos observar los acontecimientos más importantes de su vida recreados por Chicot, como las batallas en las que participó en su juventud, su alta popularidad como filósofo y los discípulos que le siguieron, así como su casamiento y su posterior vida contemplativa en una Atenas cambiante en la que le tocó vivir. Lo mejor y lo peor de una gran ciudad.

Pero otros son los protagonistas de esta historia. Una historia marcada por la lucha encarnizada entre dos ciudades: Esparta y Atenas. La historia de Eurímaco y de su hijo Perseo. Un ceramista cuyos avatares en la vida le hacen adoptar de forma secreta a un bebé de ojos claros. Perseo, se convierte así en un ateniense más, aunque su procedencia es otra.

En Esparta, la bella Deyanira pierde a su hijo recién nacido de la mano de su malvado marido Aristón. La muerte de bebés en esta ciudad era bastante común si estos presentaban algún tipo de malformación u otros motivos impuestos por la sociedad. De esa forma eran arrojados desde un monte donde morían de inanición o bien en las fauces de alguna de las fieras que merodeaban por allí.

Así comienza la historia de estos personajes que van creciendo y evolucionando a la vez que crece el rencor y la enemistad de dos ciudades que acarreará una de las guerras más conocidas de la humanidad, la Guerra del Peloponeso.

Además de personajes de ficción, Chicot nos introduce en la vida de grandes pensadores, políticos y gobernantes. Hombres que en la historia de Grecia fueron parte fundamental en el devenir de los acontecimientos y que tenían que estar presentes en la novela. El gran Pericles, Fidias o Eurípies, Alcíbiades , Brásidas o Platón, todos ellos y muchos otros aparecerán en este viaje por la Grecia Clásica y los conoceremos en sus momentos álgidos, sus momentos más trágicos y en sus decisiones más importantes.


-Pericles podría convencer a sus ciudadanos de que se alimentaran de aire y volvería a recibir sus votos.
Se alzaron varias voces mostrándose de acuerdo. La prosperidad de Atenas de las últimas décadas se debía en buena parte a Pericles. Muchos espartanos lo admiraban tanto como lo odiaban, conscientes de su perspicacia y de su poder de persuasión.


La gloria de Atenas, la Atenas de Pericles es aquella en la que el joven Perseo crece, admirando a todos aquellos con los que se relaciona y más que a nadie a su padre, un ceramista con una buena reputación. Hombres con los derechos propios de los llamados "ciudadanos". Derechos para participar en Olimpiadas, asistir a las asambleas y votar las decisiones que en ella se tratan y que, en aquel momento, eran en su mayoría los conflictos con la vecina Esparta.


El incremento del poder de Atenas había puesto en entredicho la hegemonía de Esparta. El recelo entre ambas ciudades no dejaba de aumentar, pese a que habían firmado hacía menos de una década la llamada "Paz de los Treinta Años".


Esos encontronazos se harán cada vez más intensos y los podremos vivir en batallas, asedios, olimpiadas y epidemias y todo ello afectará de manera directa a nuestros protagonistas.

Aristón vivirá intentando aniquilar a aquellos que tanto odia, los atenienses. Odia su forma de vida, tan diferente a la espartana y Chicot sabe reflejar a la perfección las características que definen el carácter de esta sociedad. Su férrea disciplina, el honor y su gran fortaleza física.


Todos los pueblos sabían que la vida de los espartanos estaba dedicada al entrenamiento militar. Ellos mismos se consideraban heráclitas, descendientes de Heracles. Fuese o no cierto, las mujeres de Esparta se enorgullecían del terror que inspiraba su mera presencia en el campo de batalla, con sus inconfundibles capas púrpuras, sus armas lustradas y sus cuerpos untados de aceite.


En cambio, la vida en Atenas era más caótica, pero sus calles estaban llenas de vida, resplandecían como la gran Acrópolis que se levantaba por encima de la ciudad con sus maravillosas estatua y templos. La morada de los dioses que no siempre estuvieron del lado de sus devotos atenienses a pesar de la gran religiosidad de sus habitantes.


Atenas se mostraba bella y adormecida, pero el filósofo esbozó una sonrisa al anticipar el bullicio que se extendería cuando la mañana avanzara un poco. No existía en el mundo otra ciudad en  la que pasear por sus calles resultara tan enriquecedor.


Como enriquecedora fue la aportación de Sócrates a esta época gloriosa de Atenas. Las penas y sufrimientos que la epidemia de la peste dejó entre sus habitantes no restó ni un ápice de carisma a este hombre cuya sabiduría era por todos conocida. Sus pensamientos aparecen en pinceladas y están tan llenos de sabiduría que es todo un placer para los sentidos leerlos, cuanto más lo hubiera sido escucharlos de primera mano.


-(...) mi madre ayudaba a las mujeres a dar a luz, y yo hago lo mismo con las almas de aquellos que aceptan que los interrogue. El primer conocimiento que hay que alumbrar, no obstante, es la conciencia de nuestro desconocimiento. Es como si quisiéramos pintar un cuadro en una tabla que unos niños hubieran llenado de garabatos. Lo mejor será limpiar primero la tabla, y solo después empezar a pintar en ella.


El arte de la mayéutica que tanto utilizó con sus discípulos para alcanzar las verdades absolutas. Algo de ello aparece en este libro aunque, como ya hemos comentado, no tanto como a mí, personalmente, me hubiera gustado encontrar. Aunque su juicio final sí aparece descrito a la perfección, con su defensa, con la sinceridad y la tranquilidad de aquel que no ha cometido mayor delito que ser el reflejo de lo que los hombres piensan, ayudándoles a descifrar el conocimiento que tanto anhelan.

Hay que leer estas más de setecientas hojas para descubrir no solo a este personajes, si no todo un momento de nuestra Historia tan cautivador como importante.  Al igual que Mary Renault me cautivó hace muchos años con su libro sobre esta misma época "Alexias de Atenas. Un viaje por la Grecia Clásica", ahora Chicot vuelve a situarme en esas calles, respirar el mismo aire y vivir los sinsabores de esos hombres a los que le debemos mucho de lo que actualmente somos.

Solo nos queda acabar con el gratificante placer de haber leído un buen libro. 



AUTOR

Marcos Chicot (Madrid, 1971) es licenciado en Psicología Clínica, Psicología Laboral y Económicas. Está casado y tiene dos hijos: Lucía (2009) y Daniel (2012).
Tiene en su haber tres novelas publicadas: El asesinato de Pitágoras, La Hermandad y Diario de Gordon. A lo largo de su carrera literaria ha ganado el Premio Novela Francisco Umbral, el Premio Rotary Internacional de Novela y , con El asesinato de Pitágoras, obtuvo el Premio por la Cultura Mediterránea 2015 a la mejor novela publicada en Italia. Por ese mismo título, la ciudad de Crotona le ha otorgado la distinción Encomio Solenne, y en formato digital ha sido la novela en español más vendida del mundo en el período 2013-2016.
Pertenece a la organización Mensa y dona el diez por ciento de lo que obtiene con sus novelas a fundaciones de ayuda a personas con discapacidad.


PUNTUACIÓN: 4/5