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miércoles, 21 de marzo de 2018

La muerte de Guernica

TÍTULO: La muerte de Guernica

AUTOR: Paul Preston

ILUSTRACIÓN: José Pablo García

EDITORIAL: Debate

FORMATO: Cartoné

NÚMERO DE PÁGINAS: 95

FECHA DE PUBLICACIÓN: abril de 2017

SINOPSIS:

La destrucción de Guernica en 26 de abril de 1937 quedó grabada a fuego en la conciencia europea: fue la primera ciudad "abierta" prácticamente arrasada durante un bombardeo. La ciudad fue bombardeada y ametrallada en vuelos rasantes durante tres horas, atroz ataque perpretado en día de mercado, que más tarde sería objeto de una terrible campaña de manipulación. Ahora, cuando se cumplen ochenta años del ataque, el joven historietista José Pablo García nos trae otra adaptación de un revelador ensayo de Paul Preston, uno de los hispanistas de mayor prestigio internacional, y mediante extraordinarias viñetas ilustra la historia que culminó en ese fatídico día, desde las tácticas de la Legión Cóndor y sus tratos con Franco hasta la obsesión de Mola y la impagable labor de corresponsales como George Steer.

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Es la primera vez que reseño un cómic y, por si fuera poco, se trata de un cómic basado en uno de los acontecimientos más atroces que sucedieron durante la terrible Guerra Civil española, el bombardeo de la localidad vizcaína de Guernica el 26 de abril de 1937.

Guernica se convirtió en ese momento en un símbolo del horror de la guerra. Nunca antes se había bombardeado hasta la destrucción total una ciudad y, lo más doloroso fue el ensañamiento con una población,  buscando un día de mercado para sembrar el terror y perpetrar una horrible matanza de civiles y el mayor daño humano posible como arma de persuasión para el resto de ciudades enemigas.

José Pablo García, basándose en el ensayo del gran hispanista Paul Preston, nos conduce por los momentos decisivos que rodean a este terrible suceso. Nos muestra, en impresionantes viñetas, las decisiones previas al ataque, el momento del horror y la importancia que tuvieron los corresponsales extranjeros para sacar a la luz una verdad que el régimen franquista quiso esconder y convertir en propaganda nacionalista.

Dividida en seis partes, la historia comienza con El inicio de la guerra. Aquí aparece la figura del general Emilio Mola como líder de una eterna campaña en el País Vasco. Las fuerzas rebeldes son incapaces de conquistar un territorio bien protegido por este pueblo norteño, que pelean cada centímetro del terreno. La estrategia de este militar no es otra que la de sembrar el terror, única posibilidad de conseguir una victoria rápida y segura para Franco.


Sus palabras anticipaban el trato  que dispensaría más tarde al País Vasco.
Hay que sembrar el terror... Hay que dar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos lo que no piensen como nosotros.



Es así como comienza la segunda parte de esta historia. La campaña del norte. En ella nos encontramos con viñetas que muestran las reuniones que altos cargos como Von Richthofen y Hugo Sperrle, Jefe Mayor y comandante respectivamente de la temida Legión Cóndor, junto con Mola  y el propio Franco. Las ofensivas debían coordinarse por tierra y aire y la misión consistía en aplastar la moral enemiga, pero las formas de hacerlo diferían mucho entre ellos.


Las diferencias entre Franco y Mola sobre los objetivos de la campaña del Norte no denotan ninguna preocupación humanitaria por parte del Generalísimo.
Para Franco, "España" tenía un sentido totalmente partidista. Era reacio a dañar los intereses materiales de su "España", y eso incluía la base industrial, las fábricas de armamento y la riqueza mineral del País Vasco.


De esta forma, y teniendo ya claro los objetivos, nos adentramos en las imágenes del terror, las que encontramos en la tercera parte de esta historia, El bombardeo y sus responsables.

Era un lunes, día de mercado en una localidad con tanta historia para el País Vasco como Guernica. Las amenazas rebeldes se escuchaban en la radio, pero eso no impedía que la vida cotidiana de las más de 10.000 personas, entre vecinos y refugiados, siguiera su curso. 

Fue el padre Alberto Onaindía quien nos relata de primera mano los sucesos que vivió ese día y como la ciudad se oscureció por el ataque aéreo de distintos aviones sobre la desprotegida población de Guernica durante más de tres horas seguidas.


No había ningún antiaéreo, ninguna defensa, éramos presa cercada y acorralada por unas fuerzas diabólicas que perseguían a miles de indefensos habitantes.


No había forma de escapar de esta barbarie. Los aviones utilizados en cada  pasada tenían una misión: primero bombardear, luego ametrallar y por ultimo incendiar. Nadie podía sobrevivir a ese exterminio, y los pocos que lo hicieron vieron como sus seres queridos, sus vecinos y amigos, sucumbían ante la fuerza de la destrucción. La masacre fue total y el pueblo fue destruido entre las bombas y las llamas.

La realidad de lo que pasó ese día es clave para poder entender la estrategia del ejército rebelde. Pero esa realidad no fue fácil de narrar. La cuarta parte de Guernica nos muestra la importancia que, durante esos turbulentos momentos del conflicto, tuvieron los corresponsales de guerra como George Steer. En El telegrama de Steer, vemos el recorrido que este periodista realizó por el lugar de los hechos y la importancia que sus palabras tuvieron para que el resto del mundo fuera consciente del gran crimen de Franco.

No hay nada como remover conciencias para que las personas se alcen ante las injusticias y el régimen de Franco no previó que esto pudiera suceder con el ataque a Guernica. 

Los hechos fueron contados con detalle y el ejército rebelde los intentó tapar desprestigiando al autor de esta sangrienta pero verídica crónica de lo sucedido en Guernica. Sus palabras llegaron hasta Picasso quien dejó su actual proyecto para centrarse en plasmar el horror del bombardeo en el famoso cuadro que hoy podemos ver en la pared del museo Reina Sofía de Madrid.


El 6 de mayo, el senador William Borah, de Idaho, realizaba una elocuente denuncia del bombardeo en uno términos que profetizaban el cuadro de Picasso:
-Aquí el fascismo presenta al mundo su obra maestra. Ha colgado en la pared de la civilización un cuadro que nunca se descolgará ni se desvanecerá del recuerdo de los hombres.


Así llegamos a la quinta parte de nuestro ilustrado relato, El humo de las mentiras. Como ya hemos comentado, el franquismo realizó una campaña de desprestigio contra las voces insurgentes que mostraban una realidad "diferente" a la de ellos en cuanto a lo sucedido en Guernica. Pero por mucho que intentaron ocultarlo fue imposible acallar, no solo al pueblo que sobrevivió al intenso bombardeo, sino incluso a los propios aviadores de la Legión Cóndor que se jactaban de haber realizado estas maniobras de destrucción de esta localidad vasca.

Fue un fracaso propagandístico para Franco, pero el terror causado sí estaba presente y gracias a él pudo seguir conquistando este territorio tan difícil. Bilbao se rindió temerosa de una réplica de lo sucedido en Guernica y los restos del bombardeo fueron escondidos para evitar las represalias internacionales y así nos lo hace ver José Pablo García en la sexta y última parte de la historia, Después de las bombas.

A un mundo que ha sido testigo de las matanzas desencadenadas por Hitler y Stalin, por no hablar de la Guerra de Corea, Vietnam e Irak, la Guerra Civil española puede parecerle algo insignificante.
Sin embargo, pese a todo ello, el bombardeo de esta aletargada ciudad vasca y su mercado el 26 de abril de 1937 probablemente haya causado una polémica más airada que cualquier acto de guerra acaecido desde entonces, y buena parte de dicha polémica ha girado en torno al artículo de Steer.



Son muchos los protagonistas de este libro, algunos buenos, otros malos, pero todos con un peso importante en la historia que José Pablo García ha sabido plasmar en sus impactantes ilustraciones. Unas ilustraciones que unidas al fantástico ensayo de Paul Preston, engloban uno de los sucesos más tristes de la historia de nuestro país pero que todos debemos de conocer, estudiar y aprender para que nunca más vuelva a suceder.


AUTORES

Paul Preston (Liverpool, 1946) es catedrático de Historia contemporánea española y director del Centro Cañada Blanch para el estudio de la España contemporánea de la Londo School o Economics & Political Science. Analista de asuntos españoles en radio y televisión tanto en Gran Bretaña como en España, colabora además en diversos periódicos y revistas. Le ha sido otorgada la encomienda de la Orden del Mérito Civil y la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, y ha sido galardonado con numerosos premios. Entre sus obras destacan Franco, Juan Carlos, La Guerra Civil española y El holocausto español.




José Pablo García (Málaga, 1982) es ilustrador y dibujante de cómics. Sus historietas han sido galardonadas en numerosos certámenes nacionales, como el Premio Injuve. En abril de 2015 publicó Las aventuras de Joselito, su primer libro como dibujante y guionista. Su adaptación gráfica del libro de Preston La Guerrra Civil española ha sido un éxito de ventas. Recientemente ha publicado Vidas ocupadas, la plasmación de su viaje por el territorio palestino ocupado de la mano de Acción Contra el Hambre.


PUNTUACIÓN: 4/5

lunes, 19 de marzo de 2018

El arte de la guerra

TÍTULO: El arte de la guerra

AUTOR: Sun Tzu

EDITORIAL: mr · ediciones

FORMATO: Rústica

NÚMERO DE PÁGINAS: 187

FECHA DE PUBLICACIÓN:  febrero de 2011

SINOPSIS:

El arte de la guerra es un tratado sobre el conflicto, la competición y el poder a todos los niveles, del interpersonal al internacional. Con su estilo conciso y la agudeza de sus observaciones, Sun Tzu resume la sabiduría de los grandes guerreros:
"Vencer sin luchas es lo mejor", "no permitas que tus enemigos se unan", "El ejército vencedor es aquel en que todos están animados por el mismo espíritu", "Mandar a muchas personas es como mandar a unas pocas. Es cuestión de organización"...
Releído y estudiado por lídetres militares desde la antigüedad hasta nuestros días, pero también por políticos y ejecutivos actuales, su aplicación empresarial lo ha convertido en el más moderno de los clásicos chinos.

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Es una tarea compleja reseñas un clásico tan importante, conocido y admirado como El arte de la guerra. Su sabiduría, del siglo IV a. C.,  se hace eterna y por ello puede trasladarse perfectamente a la época actual.

Sun Tzu,  un importante estratega militar chino, crea todo un tratado sobre la guerra. En él, Tzu recopila todas las estrategias militares, pensamientos y comportamientos que un buen general debe hacer suyo para lograr la victoria.


La guerra es un asunto de importancia vital para el Estado, es la provincia de la vida y de la muerte, el camino que lleva a la supervivencia o a la aniquilación. Es indispensable estudiarla a fondo.


Así comienza Sun Tzu su Arte de la guerra y así nos adentramos en un sinfín de recomendaciones sobre la mejor manera de actuar para conseguir la deseada victoria. Pero no se trata de un tratado belicista ni de una apología a la violencia. Conforme vamos leyendo, nos damos cuenta que Tzu nos muestra la esencia racional del ser humano. Cómo su sabiduría puede hacerle alcanzar sus objetivos, sin necesidad de utilizar la violencia.


Los que son expertos en el arte de la guerra someten al ejército enemigo sin combate. Toman las ciudades sin efectuar el asalto y derrocan un Estado sin operaciones prolongadas.


Para conseguir ese fin, Tzu nos enumera una serie de requisitos que son importantes a tal efecto. Todos ellos por separado son importantes y en conjunto logran ganar la guerra. Hablamos de la importancia de un buen general, del conocimiento del terrero y sobre todo del enemigo, así como del avituallamiento del ejército y de una buena estrategia militar.

Todo ello lo desglosa dándonos una clase magistral sobre la importancia de cada uno de estos factores claves y decisivos a la hora de vencer a nuestro enemigo.


Lo que es, pues, esencial en la guerra es la victoria, y no las campañas prolongadas. Por este motivo, el general que comprende la guerra es el ministro del destino del pueblo y el árbitro de la nación.

Las importancia del general es fundamental. Será quién establezca el arte de la maniobra, quien propondrá la mejor estrategia a seguir y mantendrá unido a su ejército hasta tal punto que lo considerará su hijo y ellos le considerarán su padre, por el que serían capaces de morir.


En términos generales, mandar a muchas personas es como mandar a unas pocas. Es cuestión de organización.


Una buena organización se establece cuando las tropas son prudentes, con generales competentes que influyan moralmente en cada miembro del ejército y sigan la doctrina marcada por el mismo sin quejas ni malestar alguno. Porque todos saben que son guiados por un buen comandante y éste solo desea lo mejor para ellos. Por ese motivo, su estrategia será fundamental para alcanzar la meta. Una estrategia que requiere templanza, sabiduría y conocimientos militares.


Un soberano no puede poner en pie a un ejército es un arrebato de ira, ni un general debe luchar sobrecogido por el resentimiento. Porque si es posible que un hombre irritado recobre su serenidad y que el que padece úlceras sea curado, un estado que ha sido aniquilado no puede rehacerse, y los muertos no pueden volver a la vida.


Aunque existen muchos más temas tratados por Sun Tzu en este arte de la guerra, vamos a resaltar uno que es de vital importancia: conocer a tu enemigo. Sólo con el conocimiento del enemigo se podrá averiguar sus pasos. Solo conociéndole a fondo podremos atacar sus puntos débiles y apartar los fuertes. Sólo sabiendo sus pensamientos lograremos adelantarnos a sus movimientos.



Conoce al enemigo, conócete a ti mismo y tu victoria nunca se verá amenazada. Conocer el terreno, conoce las condiciones metereológicas y tu victoria será total.



El terreno y sus condiciones, el tiempo y sus inclemencias, las distancias a recorrer y el asedio continuado... Muchos son los factores que nuestro gran estratega nos establece en el arte de la guerra pero queremos quedarnos con uno que, para mí, es fundamental... La no violencia. Porque podemos hablar del arte de la guerra utilizando la paz y Tzu nos lo recuerda desde el principio. 


La peor política consiste en atacar las ciudades. No las ataques, a menos que no haya otra solución.
De esta forma, los que son expertos en el arte de la guerra someten al ejército enemigo sin combate. Toman las ciudades sin efectuar el asalto y derrocan un Estado sin operaciones prolongadas.



Después de leer este texto podemos entender mucho mejor por qué está tan vigente en la actualidad. Sus reflexiones pueden y se extrapolan a muchos ámbitos de la vida. Desde la política al mundo empresarial. El poder debe regirse por una base sólida de fundamentos y Sun Tzu nos ofrece una gran cantidad de ellos para poder establecerlos.

Un clásico que debería ser de obligada lectura para todos aquellos que poseen una responsabilidad para con los demás, para los políticos y militares, para las autoridades y eminencias de estado. Todos ellos deben conocer sus responsabilidades y saber que, a veces, la mejor defensa no es un buen ataque.


AUTOR:


Sun Tzu fue un victorioso general chino del siglo IV a. C. El suyo es el más antiguo de los tratados sobre la guerra, que sentó las bases del pensamiento militar desarrollado en Oriente durante los últimos veinticinco siglos.



PUNTUACIÓN: 5/5

martes, 6 de marzo de 2018

República luminosa

TÍTULO: República luminosa

AUTOR: Andrés Barba

EDITORIAL: Angrama. Narrativa hispánica

FORMATO: Rústica

NÚMERO DE PÁGINAS: 187

FECHA DE PUBLICACIÓN: noviembre de 2017

SINOPSIS:

¿Qué tiene que suceder para que nos veamos obligados a redefinir nuestras ideas de la infancia? La aparición de treinta y dos niños violentos de procedencia desconocida trastoca por completo la vida de San Cristóbal, una pequeña población tropical encajonada entre la selva y el río. Veinte años después, uno de sus protagonistas redacta esta República luminosa, una crónica tejida de hechos, pruebas y rumores sobre cómo la ciudad se vio obligada a reformular no solo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilización durante aquel año y medio en que, hasta su muerte, los niños tomaron la ciudad. Tensa y angustiosa, con la nitidez del Conrad de El corazón de las tinieblas, Barba suma aquí, a su habitual audacia narrativa y su talento para las situaciones ambiguas, la dimensión de una fábula metafísica y oscura que tiene el aliento de los grandes relatos.

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Ha sido todo un agradable descubrimiento este autor. Andrés Barba crea una historia fascinante con un trasfondo muy importante donde el poder de la infancia, los estereotipos de la sociedad burguesa y la complejidad del ser humano se mezclan para dar a luz República luminosa.

Esta obra, Premio Herralde de novela, es una crónica ficcionada sobre unos hechos acontecidos en una localidad situada en medio de la selva, cerca del caudaloso río Eré en el año 1995.

San Cristóbal es una ciudad como todas las demás ciudades de provincias, orgullosa de sus progresos y encantada, sobre todo sus políticos, de haberse conocido. Un orgullo que podemos observar de igual modo en sus vecinos, habitantes venidos a más y cuyas banales vidas transcurren sin sobresaltos entre las calurosas y sofocantes jornadas laborales y los momentos de placer familiar.

Así nos lo describe desde la perspectiva de haberlo vivido, nuestro protagonista. Un habitante más de esta urbe que nos contará, a modo de crónica y después de muchos años de angustia y desazón, los sucesos que tuvieron lugar en esta localidad en 1995. Unos sucesos que conmovieron y removieron la conciencia de todos lo que allí vivían, marcando sus vidas para siempre.


Yo no hago más preguntas y les cuento entonces mi versión de los hechos, porque es lo único que tengo y porque sería inútil convencerlos de que no se trata tanto de que aprecien la libertad como de que no crean tan ingenuamente en la justicia.


Nuestro protagonista comienza así la historia de unos hechos que nadie imaginaría que pudieran suceder y, mucho menos, en una pacífica ciudad donde la monotonía reinaba en cada una de sus esquinas. Él, al igual que su familia y todas las familias de San Cristóbal, formaba parte de esta monotonía y, sin quererlo, también formó parte de los macabros sucesos que allí se desencadenaron.

La llegada de los niños. No los pequeños de la comunidad ñeê, cuya muda existencia se contemplaba a diario en los semáforos y zonas comunes de la ciudad. No, no eran ellos los peligrosos y violentos, sólo una parte más de la sociedad, admitida y olvidada por todos pero que no dejaban de formar parte del escaparate de la vida diaria de los habitantes de San Cristóbal.

Fueron los otros, esos otros treinta y dos niños, los que comenzaron a perturbar la idiosincrasia de la comunidad. Nadie sabía de dónde habían salido ni cuándo, pero todos comenzaron a sentir, percibir y conocerlos. Todos sabían, después de unos meses, de la existencia de estos pequeños violentos y alborotadores de la tranquilidad vecinal.


La gente estaba tan imbuida en aquella sensación de prosperidad que la aparición de los niños, aquellos otros niños, suponía una molestia evidente. El bienestar se pega a los pensamientos como una camisa húmeda, y solo cuando queremos hacer un movimiento inesperado descubrimos lo atrapado que estamos.


Las extrañas características de estos niños sería materia de estudio a posteriori. Después de ese punto de inflexión que fue los altercados del supermercado Dakota, los niños y sus actos fueron como un altavoz para la opinión pública, cadenas de televisión y medios de comunicación que vieron un filón para sacar partido de algo tan extraño como la violencia generada por un grupo de pequeños. Cuando algo se sale de lo común, cuando la infancia deja de tener la connotación de inocencia que la caracteriza, las alarmas aparecen y el espectáculo televisivo está servido.

Su número final fue de treinta y dos, pero siempre aparecían en grupos de no más de cinco. Esos grupos se distribuían en diferentes lugares de la ciudad creando altercados, hurtos y momentos de tensión. Tenían un lenguaje particular para comunicarse que solo ellos entendían y sus edades comprendían entre los nueve y los trece años.

Se pensaba que vivían en la selva porque por la noche desaparecían sin dejar rastro, y comenzaba el terror, las inseguridades , la desconfianza y el miedo, a crecer entre los núcleos familiares. Nadie se sentía seguro andando solo, nadie quería acercarse a ellos y no eran más que niños, pero, ¿qué clase de niños?

La infancia que conocemos, la regida por las normas sociales que imperan en el sistema nunca pueden llegar a compararse a la anarquía de una infancia sin control, sin estímulos educacionales, solo la libertad, sin reglas, sin control parental y con la única obligación de cubrir las necesidades fisiológicas de alimentarse. No podemos hablar de salvajes porque ya hemos visto que tenían una características comunes e integradoras, pero no dejaban de ser niños que, con más o menos inocencia, actuarán de la forma más inesperada .


No siempre es fácil determinar si lo que nos amenaza tiene más influencia sobre nosotros que lo que nos seduce. La propia naturaleza de esas cosas a veces no es contrapuesta sino casi indistinguible.



Esa ambigüedad de sentimientos llevará a las autoridades de la ciudad a tomar medidas, no todas ellas acertadas, después de lo ocurrido en el supermercado Dakota y nuestro narrador, partícipe de estas decisiones, nos contará su visión estudiada y revisada mil veces por su subconsciente durante todos estos largos años de agonía y frustración por lo ocurrido.

Los estudios e investigaciones que se llevaron a cabo una vez todo finalizó,  reflejaron, en algunos casos, un poco de luz sobre el porqué de todo lo que sucedió, aunque, otras muchas veces, sólo sirvieron para cubrir, como de un manto de bruma se tratase, la verdadera realidad.

Una realidad enmarcada por la selva. Los colores de la naturaleza: el verde intenso de las hojas, el rojo de la tierra y el azul del cielo se unen para crear un parapeto entre la sociedad y esos niños. Esa selva acompañada por el caudaloso río Eré no deja de representar lo profundo del misterio que allí existió y que aún hoy no deja de reflejarnos lo irresoluble de la historia que estamos contando.


El verde la selva es el verdadero color de la muerte. No el blanco ni el negro. El verde que todo lo devora, la gran masa sedienta, abigarrada, asfixiante y poderosa en la que los débiles sostienen a los fuertes, los grandes quitan la luz a los pequeños y sólo lo microscópico o lo diminuto consige hacer tambalear a los gigantes.


Porque lo que allí sucedió, en San Cristóbal, no fue algo premeditado, no hubo alevosía, envidia o venganza en esos actos. Fueron solo unos niños. Unos niños que conmocionaron a un pueblo y que aún hoy, aquellos que lo vivieron, intentan sacar algo en claro, algo que no sea ese temor, esa  escalofriante angustia que se quedó con todos y cada uno de ellos para el resto de sus vidas.

Inquietante, enigmática y poderosa, así es la novela de Andrés Barba. La he devorado y me ha devorado a mí al mismo tiempo, removiendo mis sentimientos y dejándome exhausta al terminar la lectura, al pasar la última página.


AUTOR:

Andrés Barba (MAdrid, 1975) se dio a conocer en 2001 con La hermana de Katia (finalista del Premio Herralde y llevada a la gran pantalla por Mijke de Jong). En Anagrama también ha publicado dos excelentes libros de nouvelles, La recta intención y Ha dejado de llover (Premio Nord-Sud), y cinco novelas más, que le confirmaron como uno de los escritores más importantes de su generación en España: Ahora tocad música de baile, Versiones de Teresa (Premio Torrente Ballester), Las manos pequeñas, Agosto, octubre y En presencia de un payaso. También es el autor de Muerte de un caballo (Premio Juan March), los ensayos Caminar en un mundo de espejos, La ceremonia del porno (escrito junto a Javier Montes y ganador del Premio Anagrama de Ensayo) y La risa caníbal, el libro de poemas Crónica natural y, en colaboración con el pintor Pablo Angulo, Libro de las caídas y Lista de desaparecidos. Como traductor ha publicado versiones de autores como Herman Melville, Henry James, Joseph Conrad y Thomas De Quincey, entre otros muchos. Fue elegido por la prestigiosa revista Granta uno de los mejores narradores jóvenes en español. Su obra ha sido traducida a diecisiete idiomas por alguna de las editoriales más prestigiosas del mundo.

PUNTUACIÓN: 4,5/5

viernes, 2 de marzo de 2018

Alguien

TÍTULO: Alguien

AUTORA: Alice McDermott

EDITORIAL: Libros del Asteroide

FORMATO: Rústica

NÚMERO DE PÁGINAS: 307

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2015

SINOPSIS:

La vida, con sus pequeñas alegrías y momentos de felicidad, pero también con sus tristezas y desconcertantes altibajos, es el tema de esta novela extraordinaria. Los recuerdos aparentemente dispersos y desordenados de Marie Commeford, la protagonista y narradora de esta historia, una neoyorquina de origen irlandés, nos envuelve en una telaraña invisible en la que se entretejen la infancia, el despertar sexual, los primeros amores, la maternidad, la formación de una familia, la vejez.
En su narración, que recorre siete décadas de vida en Brooklyn, las escenas encajan con una ligereza y naturalizad pasmosa, convirtiendo en emocionante la que en apariencia era una existencia como tantas otras.
Una novela que nos reconcilia con los desengaños y las ilusiones cotidianas, con las pequeñas exigencias de la vida que tantas veces nos dominan y condicionan, y que confirman a Alice McDermott (ganadora del National Book Award y dos veces finalista del Pulitzer) como una de las más destacadas escritoras norteamericanas contemporáneas.

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Alguien es una novela sin pretensiones. No cuenta una historia de amor al uso, o un drama con desenlace inesperado, así como no es una comedia. Pero son todas esas cosas unidas en una vida.
Porque Alguien es la sencilla historia de una vida corriente. La historia de una mujer, Marie Comenford que, como otras muchas historias, la vamos conociendo poco a poco con aquellos pasajes que ella misma nos deja ver y que salen de su memoria como de un libro abierto por una página al azar, un libro que cuenta la historia de toda una vida, su vida. 

En un pintoresco y bullicioso barrio de Brooklyn, uno más de entre tantos de la época, con sus vecinas cotorreando, sus niños jugando en la calle y las ventanas abiertas de par en par. Allí comienza y acaba la historia de Marie.


A los siete años yo era una niña tímida, de aspecto cómico, con cara de pan, dos rajas negras por ojos, gafas gruesas, flequillo negro y una boca recta y seria: una caricatura de niña.


Así nos presenta Alice Dermott a nuestra protagonista. La pequeña Marie vive una infancia feliz rodeada de su familia: sus padres y su querido hermano Gabe a quienes adora y admira aunque más de alguna vez tenga algún que otro encontronazo.

Su hermano mayor es todo lo contrario a ella. Es atento y responsable hasta el extremo, lo que lo hace algo irritable, pero quizás esa forma de ser le haya llevado a su vocación religiosa. Una vocación que se tambaleará con el paso del tiempo pero que no le harán cambiar nunca su honesta personalidad.

Así son los Commeford, una familia de origen irlandés, como otras muchas en Brooklyn que intentan hacerse un hueco en el devenir de la vida neoyorquina. Ese Brooklyn, con su gente y sus malolientas calles atestadas de ruidosos coches, sus fábricas y su sofocante clima... Ese será el hogar de Marie y allí verá pasar el tiempo junto a sus seres queridos.


Abrí la ventana de un tirón y el sonido de la calle, el olor de la calle, inundó la habitación repentina, casi tangiblemente, subiendo por las paredes, cruzando el techo y bajando hasta la cama. El olor a humo de tráfico y a asfalto caliente, a basura y al fuego de las incineradoras.
-Ahí tienes -dije-. Huele a Brooklyn.


Marie y sus desastrosos ojos miopes serán testigos del cambio que, paulatinamente, va transformando tanto a su barrio como a la gente que habita en él. Ella acabará conociendo muy de cerca a toda la pequeña pero curiosa y pintoresca sociedad que convive con ella y su familia.

Así, la veremos crecer, tener "mejores amigas del alma", enamorarse y sufrir desengaños. La veremos, en definitiva, madurar y será ella quien nos lo cuente haciéndonos partícipes de sus tristezas y alegrías. De cómo descubrirá la muerte cercana, con todo el dolor que trae consigo y cómo esa misma muerte se verá desde otro punto de vista más superficial cuando comienza a trabajar en la funeraria del barrio, siendo conocida como el "ángel del consuelo" por todos aquellos vecinos que pasan por el velatorio en alguna ocasión.

Todas estas anécdotas formarán parte del repertorio con el que nuestra protagonista deleitará a sus hijos en más de una ocasión. Porque la veremos compartir su vida con otro "Alguien" y formará una familia a la que querrá tanto como la quisieron a ella la suya.


Menuda pieza era yo. Había estado a las puertas de la muerte. Había soportado el dolor sabía que podía enfrentarse a ello, enfrentarse al tiempo, valiente y cabezota, con un niño vivo entre mis brazos.


Así es nuestra Marie y así la iremos conociendo conforme avancemos en la lectura. Una lectura sencilla pero llena de sutileza, la que McDermott le da a cada detalle, haciéndola delicada y bonita, como la vida misma.



AUTORA


Alice McDermott nació en Brooklyn, Nueva York, en 1953. Es profesora de Humanidades en la Universidad John Hopkins y una de las autoras literarias más prestigiosas de su país. Ha publicado seis novelas: A Bigamist´s Daughter (1982), Aquella noche (1987, finalista del National Book Award y del premio Pulitzer), En bodas y entierros (1992, finalista del premio Pulitzer), Un hombre con encanto (1998, ganadora del National Book Award), Child of My Heart (2002), After This (2006, finalista del premio Pulitzer) y Alguien (2013).

PUNTUACIÓN: 3,5/5