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jueves, 25 de junio de 2015

Cuentos macabros

TÍTULO: Cuentos macabros

AUTOR: Edgar Allan Poe

ILUSTRADOR: Benjamin Lacombe

EDITORIAL: Edelvives

NÚMERO DE PÁGINAS: 212

FORMATO: Cartoné

FECHA DE PUBLICACIÓN: marzo 2012

SINOPSIS:

La desdicha es diversa. La desgracia cunde multiforme sobre la tierra. Desplegada sobre el ancho horizonte como el arco iris, sus colores son tan variados como los de este y también tan distintos y tan íntimamente unidos.

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Los álbumes ilustrados de la editorial Edelvives son realmente bonitos, por su  cuidado formato y su gusto por los detalles más pequeños, además de por elegir siempre a magníficos ilustradores  como es el caso del francés Benjamín Lacombe.
Las ilustraciones que acompañan esta reseña son un pequeño ejemplo de la calidad que posee este artista para reflejar las características y cualidades personales de un autor como
Allan Poe, cuyo poético reflejo aparece en todos y cada uno de sus ilustraciones.
Tanto las imágenes como los cuentos se unen en un todo creando historias macabras, llenas de desdicha, personajes atormentados que sufren una dolor más allá de lo físico, afectándoles directamente al alma.
Poe fue un escritor atormentado en busca de una ansiada felicidad que no pudo hallar en vida y cuyo tormento le hizo perder su sostén con la realidad a manos del alcohol, su, al fin y al cabo, único consuelo.

He sabido que no bebía por placer, sino como un bárbaro, con una actividad y una economía de tiempo totalmente americanas, como si cumpliera una misión homicida, como si hubiera algo en él que quisiera matar, "a worm that would not die" ( un gusano que no terminaba de morir).


Una vida llena de desdichas recogidas al final de esta obra por otro gran escritor y admirador de Poe, Charles Boudelaire, que siempre lo admiró quizá, por sentirse, de alguna manera, identificado en su sufrimientos o bien, también, por una admiración a su obra y su filosofía de la vida.
En este libro podemos encontrar algunos ejemplos de cómo una vida desdichada afecta directamente a la palabra escrita. Amores rotos por la llamada de la muerte, demencia alcohólica o maldad en el alma. Unos ingredientes que enmarcan la tragedia y el terror en su esencia más personal, la de cada uno de sus protagonistas. Un fiel reflejo del propio autor.

Los personajes de Poe, o más bien la persona de Poe, el hombre de agudísimas facultades y de nervio relajado, el hombre cuya fervorosa y paciente voluntad desafía las dificultades, aquel cuya mirada se clava con la rigidez de una espada sobre objetos que se ensanchan a medida que él los mira, es el propio Poe.

Y no hay que olvidar que a esas almas trágicas les acompaña un telón de fondo, una ambientación, una naturaleza lúgubre como el sentir de sus personajes. Marchita a momentos y esplendorosa de realidad en otros. La oscuridad predominante de sus paisajes son poéticamente descritos en cada una de sus historias, así como la arquitectura de castillos y mansiones siniestras. Todo un conjunto de penumbras para hacer de sus cuentos algo realmente espeluznante.

La llamada naturaleza inanimada comparte la esencia de los seres vivos y, como ellos, se estremece con una convulsión sobrenatural y galvánica.


Para poder reseñar sus cuentos era importante mostrar, como hemos tenido intención de hacer, el alma atormentada de este autor de terror. Un terror descrito de diferentes formas en ocho historias que dan forma a lo macabro, en un diálogo simbólico entre el autor y el ilustrador. La palidez y melancolía de las bellas figuras de Lacombe, guían al lector hacia el universo de Poe haciéndolo más tenebroso en esencia ,si cabe.

BERENICE:  Siempre en primera persona, el terror de la demencia sucumbe en nuestro personaje y en su obsesión por la bella Berenice. Hasta qué punto podemos acabar con lo que más queremos y cómo la fragilidad humana y la cobardía nos hace ser vulnerables a la esencia sobrenatural de nuestros peores miedo.

EL GATO NEGRO: Otra vez un hombre, otra vez él mismo, obsesionado por un amor enfermizo, pero en este caso, su amor radica en la botella por encima de cualquier otro. En ese brebaje que obnubila  los sentidos y nos hace creer poseedores de un poder que prevalece sobre los demás, siendo libres de odiar y aferrar a los que nos rodean, los que nos quieren y aguantan. Un gato como símbolo de la conciencia y como vínculo a la terrorífica realidad que volverá a nuestro protagonista para pensar y actuar de manera irracional haciendo salir toda la verdad de su gran secreto.

LA ISLA DEL HADA: En este caso se nos muestra un Poe en forma de protagonista muchos más místico y totalmente integrado en la naturaleza. Hablando de ella y de la vida de una manera metafísica y simbolizándolo en una pequeña isla. Las percepciones del personaje sobre la luz que ilumina ese montículo salido del agua y la magia que desprende esa misma luminosidad, así como su contrapunto en la penumbra donde los rayos del sol no llegan a alcanzar, hacen que experimente un deseo de encontrar al ser mágico capaz de habitar entre esas plantas, apareciendo y desapareciendo tanto en sus sentidos como en su contemplación.

EL CORAZÓN DELATOR: Un depredador, un ser maligno que ensalza los peores valores. Una crueldad intolerable por traspasar los límites de la codicia. Un cuento muy semejante a El gato negro, pero en este caso, es el propio corazón de este antagonista quien quiere mostrar la realidad de su dueño mediante un ruido ensordecedor en el interior del personaje. Una angustia que va en aumento, como si el propio corazón tuviera una vida independiente y quisiera salirse de ese cuerpo corrupto para mostrar la grotesca realidad en la que habita.

LA CAÍDA DE LA CASA USHER:  El paisaje que enmarca esta historia es el verdadero protagonista. Una mansión que se vuelve más importante que el propio personaje, ya que esconde toda la verdad que entre sus paredes existe. La oscuridad y tenebrismo de la Casa Usher aparece en cada una de las estancias y mobiliario descrito por Poe, entre los oscuros tapices colgados de altas paredes, los siniestros retratos o la sobrecogedora cama con dosel, entre otros.
Ventanas alargadas y sillones de orejas donde meditar el desamparo y la tristeza del dueño de ese hogar, con el que  nuestro protagonista deberá convivir hasta su último aliento y una joven que será la causante de los más terroríficos acontecimientos entre las paredes de esa gran mansión.

EL RETRATO OVAL: El más corto de los cuentos. Una historia que nos recuerda a El retrato de Dorian Grey, esta vez en forma de bella y hermosa joven. La obsesión de un hombre por conseguir sus anhelos y la vulnerabilidad de su esposa cuya vida va consumiéndose con cada una de las pinceladas que el pintor administra a ese retrato símbolo de una muerte en ciernes.


MORELLA: Otro nombre de mujer encabeza el siguiente cuento de Poe. Pero en esta ocasión, ella es un ser especial, absorbente, inteligente y hasta demencial para nuestro protagonista cuya obsesión por ella se vuelve locura y le acaba trastornando hasta perder toda la razón a manos de Morella.

Y perdí toda noción de tiempo y espacio, y las estrellas de mi sino se apagaron en el cielo, y desde entonces la tierra se entenebreció y sus figuras pasaron a mi lado como sombras fugitivas, y entre ellas solo veía a una: Morella.


LIGEIA: Nuevo y último personaje femenino dispuesto a atormentar la vida de un hombre cuyo amor es fervoroso hacia la belleza del rostro de su amada: sus ojos, su boca y lo que supone para él la pérdida de ese ser amado a manos de la muerte. La crueldad de la vida y la desesperanza de la soledad que nos lleva a sumirnos en aquello que creemos que nos puede salvar o, por lo menos, hacer sentir mejor, como en este caso las drogas en forma de opio cuyo final le llevará a un sino de destrucción y calamidad.


Estos pequeños y discretos resúmenes de cada uno de los cuentos reflejan las características ya comentadas de la realidad personal de nuestro escritor y que tan bien nos describe Boudelaire.
Además, no hay contenido sin continente y es importante resalta el gran trabajo de diseño del libro, la oscuridad de sus pastas y del borde de sus páginas, la cubierta medio acolchada y las imágenes frágiles y pálidas de Lacombe. Todo esto en conjunto hacen una obra especial y única.
Un conjunto de cuentos macabros pero llenos de una sutil belleza, tanto en sus ilustraciones como en el poder literario de la obra de este clásico entre los clásicos del terror.


AUTOR:

EDGAR ALLAN POE nace en Boston el 19 de enero de 1809, hijo de dos actores ambulantes. Edgar A. Poe perdió a sus padres a la edad de dos años y fue acogido por un rico negociante llamado John Allan. Tras realizar sus estudios en Inglaterra entre 1815 y 1820, y posteriormente en una prestigiosa universidad de Virginia, rompió la relación con su padre adoptivo, que le reprochó la vida "disoluta" que llevaba. Cuando recibió la orden de buscar un empleo bien remunerado, Poe huyó, se enroló en el Ejército y publicó su primer poemario, Tamerlan y otros poemas (1827), que el mismo costeó. En 1829, lo acogió en su casa una tía sin fortuna, Maria Clemm, madre de una niña, Virginia, con que Poe se casó cuando Virginia cumplió una segunda colección de poemas, Al Aaaraaf.
Poe renunció a su carrera militar y, a partir de 1831, comenzó a componer y publicar novelas cortas, cuentos y poemas. En 1833, el relato Manuscrito hallado en una botella obtuvo un premio y le proporcionó un nombre en los círculos literarios de Baltimore, lo que le infundió ánimos para seguir por ese camino.
Más tarde trabajó en varios periódicos y siguió publicando novelas cortas, cuentos y lemas (Ligeia, La caída de la Casa Usher y El escarabajo de oro), que fueron acogidos con éxito. Poe vivió en la miseria con Maria Clemm y con su esposa Virginia, que murió de tuberculosis en enero de 1847.
En enero de 1845, Poe publicó el poema El cuervo, que constituyó por fin su primer gran éxito; pero deteriorado por los años de vida casi vagabunda y devastado por la muerte de Virginia, Edgar Allan Poe se hundió en el alcohol.
Murió en el hospital el 7 de octubre de 1849, a causa de un episodio de delirium trémens, pero antes de su muerte había compuesto alguno de sus poemas más emotivos, como Ulalume (1847), y el ensayo titulado Eureka (1848).


PUNTUACIÓN: 3,5/5

jueves, 18 de junio de 2015

Tokio Blues (Norwegian Wood)

TÍTULO: Tokio blues (Norwegian wood)

AUTOR: Haruki Murakami

EDITORIAL: Círculo de lectores

NÚMERO DE PÁGINAS: 378

FORMATO: Cartoné

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2005

SINOPSIS:

Creía amarla, pero el pasado era un recordatorio palmario y perpetuo de sus carencias mutuas, y el presente, apenas un pozo en el que tirar recuerdos y sueños y mirar cómo caían hacia el fondo, lento pero inexorablemente. Ella, Naoko, había sido la novia de su mejor amigo, Kizuki, hasta que éste se suicidió; y él, Watanabe, se arrastró desde entonces hacia un territorio a medio camino entre el deseo y la inercia. Allí se habían encontrado, en el campo abierto de la locura y la verdad desnuda, con una aceptación impuesta y a ratos desesperada, esquivando los miedos y deslizándose de puntillas sobre su amor, hasta que Naoko fue internada en un centro de reposo, en un intento de preservar lo últimos lazos que la unían a la realidad.
Para Watanabe, a partir de entonces los días discurrirán entre su vida universitaria en Tokio, a la que nuca dejará de sentirse ajeno, sus lecturas y el ritmo regular y constante de sus pensamientos, empecinados en recrear sin descanso los acontecimientos más nimios, los personajes más accidentales. Y si las cartas de Naoko, escasas y exiguas, no logran rescatarlo de su soledad, el verbo fácil y trasnparente de Midori, caída como del cielo en el campo de la acción de su fuerza gravitatoria, se convertirá en el espejo donde la realidad empiece por fin a adquirir conciencia.

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La palabra melancolía inunda cada una de las páginas de esta novela de Murakami, con la que me estreno como autor, pero esperando que no sea la última a la que me enfrente porque, realmente, se trata de un escritor muy interesante y con una forma de escribir muy personal e íntima.
No es la primera vez que abordo Tokio blues. Hace unos años (por 2006), la comencé sin éxito y con ganas de volver a cogerla ya que las circunstancias que nos rodean en ciertos momentos de la vida acaban, a veces, frutando algún que otro momento lector.
Tokio blues es una historia de personajes, una historia en la que aparecen diferentes vidas entrelazadas por lazos invisibles en forma de sentimientos: amor, desamor, desesperanza, ilusión, anhelo...
El protagonista, Watanabe, es nuestro director de orquesta, nuestro ingrediente principal y desde su punto de vista nos cuenta la historia de un periodo determinado de su vida. Unos años complicados donde la madurez llama a tu puerta y dejas de lado la adolescencia conformista para aceptar una realidad a veces bastante más compleja de lo que esperamos y más difícil de asumir y enfrentarse a ella.
El amor, ese tesoro que descubrimos en un momento dado y que nos hace vivir los momentos más intensos e importantes de nuestra primeriza vida de adultos, creará un vínculo entre Watanabe y Naoko, una joven tímida y retraída que fue novia de su mejor amigo y que se vuelven a encontrar en un momento dado.
La traumática separación entre ellos les hace, al volver a reunirse, experimentar su encuentro con toda la intensidad que no acabaron de soltar en su adolescencia, marcando sus vidas para siempre.

Y cuanto más ha ido palideciendo el recuerdo de Naoko, más capaz he sido de comprenderla. Ahora sé por qué me pidió que no la olvidara. Por supuesto, ella intuía que mi memoria la borraría algún día. Por eso me lo pidió: "¿Te acordarás siempre de que existo y de que he estado a tu lado?"


Pero al igual que el amor,  la muerte juega un papel fundamental en esta historia. Siempre presente en momentos fundamentales de la vida de nuestros personajes que les hace tomar rumbos inesperados en sus caminos cuando tienen que enfrentarse a ella. Un sino inevitable que tendrán que asumir desde la distancia y que les marcará en su reencuentro.
Watanabe, Kaoko y Kiruki eran un trío de amigos inseparables. La muerte de este último en un suicidio, será un detonante importarte en la vida de los demás.

Aquella misma noche Kizuki se había suicidado y, a partir de entonces, una corriente de aire helado se había interpuesto entre el mundo y yo. Me pregunté  qué había representado Kizuki para mí. No hallé respuesta. Lo único que sabía era que, con su muerte, había perdido para siempre una parte de mi adolescencia.


Cada personas somos un mundo inescrutable y cambiante, un Jardín de las Delicias del Bosco cuyos personajes se encuentran en las escenas sin inmutarse marcando el guión natural de nuestras vidas. Pero cuando se salen de sus escenas y aparecen en partes diferentes del retablo, entre el Edén y el Infierno, en esos momentos, los sentimientos acaban también marcando ese guión, pero de una forma totalmente diferente a la establecida, tanto para bien como para mal.
La melancolía y la desazón marcarán a uno de nuestros personajes, cuya vida sufre ese revés y Naoko se verá encerrada en si misma con un miedo terrible a ser herida y de herir a los demás.
Mientras Watanabe sigue con una vida anodina en la universidad, más por seguir ese guión natural que por propia conciencia de su potencial, Naoko es incapaz de devolver a los personajes de su Jardín de las Delicias a su posición inicial, alejándose de la vida y separándose de la realidad.
Un sanatorio perdido en las montañas y la ayuda de Reiko, una compañera y amiga cuya vida también sufrió un giro traumático, serán la ayuda que necesite para intentar recrear una estabilidad frágil pero lo más duradera posible.

Mientras yo contemplaba a Naoko. Tal como ella misma me había descrito en su carta, tenía un aspecto más saludable, estaba muy bronceada y, gracias al ejercicio y al trabajo físico, se la veía más fuerte. Lo único que no había cambiado eran aquellas pupilas claras como un lago y aquellos delgados labios que temblaban con timidez.

Watanabe se convertirá en otro pilar para Naoko en su intento de buscar esa estabilidad. La conexión que siempre hubo entre ambos irá más allá del amor y la muerte. Estos dos factores que juntos crean una especie de torbellino donde se encuentran inmersas estas dos almas. Una intentado asir a la otra para no alejarla de la realidad y la otra intentado alejarla de su terrible tristeza interior.

-¿A ti también te gustaba Kizuki?
-Por supuesto -respondí.
-¿Y Reiko?
-Me encanta. Es una buena persona.
-¿Por qué te gusta siempre ese tipo de gente? -preguntó Naoko-. Todos somos personas que nos hemos doblado en algún momento, que nos hemos torcido, que no hemos podido mantenernos a flote y nos hemos hundido deprisa. ¿Por qué no te gusta la gente corriente?
-A mí no me da esa impresión -respondí tras reflexionar unos instantes-. No me parece que ni tú, ni Kizuki, ni Reiko estéis "torcidos". La gente que a mí me parece "torcida" pasea por la calle tan campante.

Watanabe posee unas cualidades muy peculiares que hacen de él un hombre atractivo, serio y de confianza. Sus devaneos, propios de la edad descubridora de su cuerpo en la que se encuentra, le hacen madurar de cierta forma.  Las relaciones que mantiene con las personas que se cruzan en su camino también le hacen crecer como ser humano, pero Naoko siempre está presente en sus pensamientos y en sus sentimientos, ayudándole a "darse cuerda" para afrontar los retos del día a día y no sucumbir a la melancolía en aquellos días en los que parece imposible soportar vivir.
En esos días, Watanabe escribe cartas. Cartas de amor y esperanza, pequeños retazos de su vida que hagan más fácil la de Naoko, decribiéndosela y abriendo parte de su corazón.

Es amargo no poder verte, pero, si tú desaparecieras, mi vida en Tokio sería mucho más dura todavía. Es pensando en ti, por las mañanas, en la cama, cuando me decido a darme cuerda y a vivir un nuevo día. Del mismo modo que tú luchas por seguir adelante aquí.

Cuando vivimos esta etapa en la que cualquier cambio, por superfluo que sea, nos afecta de manera descomunal. Esa etapa en la que se nos muestra cómo será la vida de adulto aunque no estemos aún preparados, donde la inseguridad se multiplica y queremos ser queridos por los demás más que nada.
Si en esa etapa, esos acontecimientos son radicales y rompen totalmente nuestra realidad, el trauma que conlleva puede ser perpetuo. La tristeza acaba volviéndose crónica y la vida puede dar paso a la muerte con la misma sencillez que el amor entre dos personas da paso a la vida.

El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido . Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar la tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso.


Tokio blues te marca como a nuestros personajes. Te deja con el sabor de esa melancolía, ese sentimiento "blue", como el término anglosajón, en ese territorio tan desconocido para mí como es Tokio, pero cuyos habitantes sienten de la misma manera. El sentimiento del desamparo es común para todos los seres humanos y Murakami ha sabido transmitirlo maravillosamente en este libro. Para disfrutarlo y respirar hondo al cerrarlo.


AUTOR

HARUKI MURAKAMI  nacido en Kioto en 1949, es hijo de un matrimonio de profesores de Literatura japonesa. Sus sueños de estudiante se caracterizaron por su activismo en contra de la guerra de Vietnam y por la nueva izquierda. Tras licenciarse en 1973 en Teatro Clásico por la Universidad Waseda de Tokio, Murakami regentó durante ocho años un jazz-bar en Tokio, al mismo tiempo que iniciaba su carrera literaria. Su primera novela, Escucha la canción del viento (1979) fue galardonada con el premio Gonzou de Literatura para autores noveles. Con La caza del carnero salvaje (1982), su tercera obra publicada, obtuvo el premio Noma. Así mismo, es autor de El país de las maravillas del hampa (premio Tanizuki 1985), Norwegian Wood (1987), Baila, baila, baila (1988), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994), Underground (1997) o Sputnik, mi amor (1998). También ha sido galardonado con el prestigioso premio literario Yomiuri.

PUNTUACIÓN: 4/5


jueves, 11 de junio de 2015

Siempre Alice

TÍTULO: Siempre Alice

AUTORA:  Lisa Genova

EDITORIAL: Ediciones B

NÚMERO DE PÁGINAS:  325

FORMATO: Rústica

FECHA DE PUBLICACIÓN: abril 2009

SINOPSIS:


¿Qué pasaría si todos tus recuerdos desaparecieran de tu mente y no tuvieras más opción que seguir adelante, incapaz de impedirlo?
Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada y olvidadiza, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que la relación con su familia y con el mundo, para siempre.
Bella y aterradora a la vez, esta extraordinaria novela es un retrato vívido y emotivo de la irrupción precoz del Alzheimer. Una conmovedora historia de lo que Alice piensa y siente al comprobar cómo deja de ser la persona que era y cómo no sólo pierde su identidad sino todo lo que conformaba su vida.
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La historia de Alice conmueve, te llena por dentro y te vacía por completo en solo un instante, removiéndote todos los sentimientos y dejándote una sensación de fragilidad pasmosa. Así se podría resumir en pocas palabras lo que la lectura de Siempre Alice me produjo cuando acabé cerrando el libro.
Su descubrimiento vino a raíz de la película protagonizada por Julianne Moore, una actriz con unos rasgos llamativos y una expresividad increíble que la hacen actuar de manera ejemplar, tanto en los papeles más dramáticos como en los más hilarantes. 
Sabía que la película estaba basada en una novela y le pregunté sobre ella a la mejor librera que conozco, mi madre, y entre las baldas de las estanterías de su gran biblioteca encontró, sin mucho buscar, un ejemplar que poseía de antes del estreno de la película.
Una vez sostienes esta novela y te enfrentas a ella sabiendo que es una enfermedad la protagonista, tu subconsciente te transmite una señal primera de rechazo: lo malo es mejor apartarlo; por qué sufrir leyendo algo triste cuando hay tantas lecturas alegres. Aunque suele suceder, creo que en mi caso nunca me han afectado a la hora de empezar una nueva lectura. La información adicional a la trama que se obtiene sobre la enfermedad y su forma de afectar a las personas tanto física como emocionalmente me parece algo fundamental para aprender a conocernos a nosotros mismos. Cuanto más sepamos del alma humana, más humanos seremos.

Todos nos hemos vuelto locos, en un momento dado, preguntándonos dónde habremos dejado las llaves, dónde pusimos el móvil o en qué lugar de la casa se encontrará el reloj. Situaciones de momentánea desesperación que nos hace perder los nervios en ocasiones, poner la casa patas arribas o incluso rezar al santo San Cucufato (atándole los cojones,con perdón,  en forma de trapo y poniéndolos detrás de la puerta para que dé resultado mientras cantamos la tonadilla pertinente). 
Así comienza la historia de Alice, no con San Cucufato, pero sí perdiendo las llaves de casa. Una mujer de cincuenta años con una vida plena tanto en lo personal (felizmente casada y con tres hijos adultos con carreras prometedoras en diversos ámbitos profesionales) como en lo profesional (una eminente profesora de psicología en la Universidad de Harvard y con un presente y futuro prometedores como investigadora y conferenciante ).
Será en una de esas conferencias que tantas alegrías le ha dado en el pasado, cuando la enfermedad da la cara mientras recita un discurso mil veces realizado.

No podía encontrar la palabra adecuada, sabía lo que quería decir, pero la palabra concreta la eludía. No recordaba la primera letra, cómo sonaba la palabra o cuántas sílabas tenía y tampoco la tenía en la punta de la lengua. Había desaparecido de su mente.

Este primer encuentro con la amenazadora enfermedad lo acaba rechazando, pero no tardará mucho en aparecer un nuevo episodio mucho más preocupante que le hará saltar las alarmas hasta el punto de consultar un diagnóstico con un neurólogo.
Las preguntas fáciles y sus respuestas sencillas perecen pan comido en las pruebas que el especialista le hace, pero hay ocasiones en las que no es capaz de recordar algo que acaba de decirle y Alice es consciente de que algo está fallando dentro de su cabeza.
La mente de nuestra protagonista se niega a responder a esas preguntas. Hay algo que no funciona y se llama Alzheimer.

-Usted tiene Alzheimer temprano. Suele creerse que Alzheimer es una enfermedad que afecta a los ancianos, pero el diez por ciento de los afectados padece una forma temprana de la misma, y son menores de sesenta y cinco años.

Las palabras del doctor son punzantes hitos de cruda realidad y hacen que la seguridad de Alice se tambalee con este diagnóstico. En esos momentos de soledad aterradora y enfrentamiento cara a cara con algo que va más allá de ti, tiene que existir una base donde agarrarse, segura y reconfortante. Algo que la mantenga unida a la esperanza de vivir y ese mástil al que se sujeta Alice es su familia.
Una familia convertida en consuelo para una mujer triunfadora y hecha a sí misma. Una familia encabezada por su marido que luchará por encontrar la mejor manera de conseguir una estabilidad lo más duradera posible porque, como ya sabemos, a día de hoy, no existe una cura para el Alzheimer.
Ahora le tocará a Alice salir de la conmoción primera y enfrentarse al día a día.

...Ella no quería convertirse en alguien temido y evitado. Pero tenía Alzheimer, solo podía contar con dos medicamentos de escasa eficacia y no podía cambiar su enfermedad por cualquier otra felizmente curable. Sin embargo, suponiendo que la fecundación in vitro de Anna funcionase, quería vivir lo suficiente para poder abrazar a sus nietos, así como ver una actuación de Lydia de la que sentirse orgullosa, y ver a Tom realmente enamorado, y pasas otro año sabático con John, y leer todos los libros que pudiera antes de poder leer siquiera.


Alice va descubriendo, de esa manera, qué es lo verdaderamente importante en esta vida. El amor de su familia, los pequeños placeres cotidianos como leer, correr, pasear por la playa... Vivir, al fin y al cabo, una vida plena todo el tiempo que su consciencia, sin daño aún por la enfermedad, se lo permita. Aprovechando el momento, ese carpe diem, como si fuera el último.

-Eres tan hermosa -dijo-. Tengo miedo de mirarte un día y no saber quién eres.
-Creo que, aunque no supieras quién soy, seguirías sabiendo que te quiero.
-¿Y si un día te miro y no sé que eres mi hija?¿Y si no sé que me quieres?
-Entonces te diré que te quiero y me creerás.

Esos sentimientos tan humanos como el dolor y el miedo, te recorren como lector al igual que a Alice. Ese miedo a perder lo que más quieres aún sabiendo que seguirán a tu lado. Un miedo irracional que te hace actuar de la manera más racional posible. Si no puedes ofrecer a tus seres queridos más que sufrimiento ¿hay que saber pararlo a tiempo? ¿Será Alice capaz de tomar decisiones tan trascendentales para su vida y la de su familia? ¿Le dejará la enfermedad ser lo suficientemente consciente de sus actos?
Mientras estos dilemas la atormentan en el día a día, Alice no parará por hacer de su vida algo más importante, creando grupos de apoyos para los enfermos o enfrentándose a una sala repleta de público para hablar sobre el Alzheimer desde el punto de vista de una enferma, con valentía y toda la claridad que sus neuronas le permiten.

Mis ayeres están desapareciendo y mis mañanas son inciertos, así que ¿para qué seguir viviendo?, podríamos preguntarnos. Yo vivo día a día. Vivo momento a momento. En algún mañana me olvidaré de que hoy he estado aquí, ante vosotros, y que he dado este discurso. Pero, solo porque en algún mañana me olvide, no significa que no haya vivido cada segundo de este día. Olvidaré este hoy, pero esto no significa que este hoy no importe.

Cuando una novela aflora algo dentro de ti como Siempre Alice, ese algo te remueve los sentimientos, desde la risa al llanto. Cuando no te deja soltar el libro y lo agarras con fuerza cuando acaba... Cuando esto pasa, es cuando sabes que la literatura vale la pena.
Puede que no sea el mejor libro del mundo, ni el mejor escrito, pero hay algo por encima de las formalidades que vale más la pena y eso es que te haga SENTIR.



AUTORA


LISA GENOVA  es doctora en Ciencias Neurológicas por la Universidad de Harvard y escribe una columna en internet para la National Alzheimer´s Association. Vive con su familia en Massachusetts. Siempre Alice es su primera novela.





PUNTUACIÓN: 5/5

jueves, 4 de junio de 2015

El jardín secreto

TÍTULO: El jardín secreto

AUTORA: Frances Hodgson Burnett

EDITORIAL: Everest


NÚMERO DE PÁGINAS: 419

FORMATO: Rústica

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2013

SINOPSIS:

Mary, a la muerte de sus padres, es enviada de India a Reino Unido para que un tío suyo, el señor Craven, viudo y con un hijo discapacitado y caprichoso, se ocupe de ella. La mansión en la que viven en Yorkshire es un hogar de desasosiego y de ambiente irrespirable. Pero Mary y sus nuevos amigos: su primo, un amigo ingenuo y defensor de los animales, un petirrojo y un zorro, transformarán este lúgubre ambiente, afianzando en el camino una sólida amistad que cambiará el curso de sus vidas.


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Supongo que será la primera y última reseña que realice sobre una novela de editorial Everest dadas las circunstancias en las que se encuentra esta empresa en la actualidad y que, desgraciadamente, me toca de lleno.
Por esa razón, haré un pequeño homenaje con esta novela a Everest, lo que ha sido y lo que fue tanto para la literatura como para sus lectores.
No conocía a esta autora ni este libro, aunque es todo un clásico de la literatura infantil.  Podemos decir que "El jardín secreto" es una novela infantil pero con unos componentes muy actuales y maduros. En ningún momento su sencillez resulta aburrida y sus protagonistas realizan una evolución sorprendente como personajes, totalmente similar a cualquier novela dirigida a un público más adulto.


La autora utiliza dos elementos muy importantes como claves para el argumento de su obra: por un lado los niños, verdaderos protagonistas que, como hemos señalado anteriormente, son los que, con su propio desarrollo  personal, marcan el ritmo de la novela. En segundo lugar, pero no menos importante, la naturaleza, ya sea en forma de jardín secreto, o de vasto páramo. La naturaleza en el resurgir de la vida en primavera o en los azotes a la tierra en la tempestad más tormentosa. 
Estos dos elementos se complementan e intercalan continuamente consiguiendo la armonía necesaria para hacer de la obra algo delicado y precioso.
Mary es nuestra pequeña protagonista. Una niña de diez años cuya existencia en un país tan exótico como la India, la han colmado de todo aquello que ha querido, pero no de lo único que necesitaba, el cariño y amor de sus padres. Esta ausencia de afecto la convierten en una pequeña caprichosa, mimada y malcriada. Pero las circunstancias a veces fatídicas de la vida, la llevarán en un largo camino hacia los campos de Yorkshire en Inglaterra, a la mansión de su tío Archibald Craven. Misselthwaite Manor será su hogar, un lugar que la cambiará para siempre.

En la India se había sentido siempre demasiado acalorada y demasiado lánguida y débil para interesarse por nada, pero en este lugar estaba empezando a interesarse y a querer hacer nuevas cosas.

Su carácter irá cambiando y suavizándose conforme pasan los días y va disfrutando del aire libre más allá de los muros de esa cárcel hecha mansión. La niña enjuta y antipática se irá convirtiendo en sana y llena de energía y en ese cambio le ayudará un nuevo amigo, Dickon.
Dickon es un niño especial. A sus doce años, ha vivido siempre en el páramo con su gran familia llena de hermanitos y rodeado de la naturaleza en estado puro y del reino animal que habita sus parajes. Dickon acaba siendo uno más dentro de ese paisaje y la complicidad que mantiene con la naturaleza y los animales que le rodean es sorprendente para todos aquellos que se acercan a él sin conocerle, como un pequeño pero sabio encantador de animales.

-No hay nada más bonito que el aroma de la tierra buena y limpia, como no sea el aroma de las cosas frescas cuando florecen y cuando les ha caído lluvia. Yo salgo y me voy al páramo muchas veces cuando llueve y me acuesto bajo un arbusto y escucho el dulce ruido de las gotas sobre el brezo, y lo huelo. Dice mi madre que mi nariz se agita como los conejos.

La naturaleza, como ya comentamos, juega un papel fundamental y será, un pequeño petirrojo quien ayudará a Mary a descubrir el camino hacia el jardín secreto y que, sin dudarlo, no tardará mucho en enseñárselo a su nuevo amigo Dickon.

-Si el jardín fuera secreto y pudiéramos meternos en él, podríamos ver crecer las cosas cada día, y ver cuántos rosales están vivos ¿No lo ves? Oh, ¿no ves que será mucho más bonito si todo fuera secreto?

Y de esa forma comienza la gran aventura de estos dos amigos. Con el fin de hacer renacer un jardín abandonado y oculto de manera deliberada y que guarda un secreto triste que aún está por descubrir. Tendrán que esconder su secreto mientras cada día van mejorando y reviviendo las flores y plantas que habitan en ese lugar tan especial a la espera de una maravillosa primavera que haga resurgirlas en todo su esplendor.
Pero  Mary pronto descubrirá que en la enorme mansión en la que se encuentra, hay una persona muy especial que, sin saberlo todavía, necesitará de todo su cariño para volver a ser el niño que debería ser. Hablamos del señorito Colin, el hijo del señor Craven y, por tanto, primo de nuestra protagonista.
Entre los inmensos pasillos y habitaciones de la mansión, Colin se encuentra escondido sin querer ver a nadie. Su "enfermedad" le hace estar postrado en la cama a pesar de su corta edad y también le ha convertido en una versión masculina de Mary cuando vivía en la India, caprichoso y antipático con todos los que están a su alrededor.

Si alguna vez hubiera tenido alguien con quien hablar de sus terrores secretos, si alguna vez se hubiera atrevido a hacer preguntas, si hubiera tenido compañeros infantiles en vez de vivir acostado en esta enorme casa cerrada, respirando una atmósfera cargada con los temores de gentes que eran en su mayoría ignorantes y que estaban cansados de él, hubiera podido averiguar que la mayor parte de su enfermedad y de su temor estaban creados por el mismo.

Mary ayudará a Colin a salir de ese letargo producido por él mismo e incrementado por la ausencia de su padre que, a pesar de todo su cariño, no ha sido capaz de enfrentarse al fruto de su amor por su joven esposa fallecida.
Ahora será Colin, con la ayuda de Mary y Dickon quien intentará mejorar para demostrarle a todos lo equivocados que estaban en su juicio sobre su estado físico y al igual que la primavera hará brotar nueva vida de la tierra del jardín secreto, Colin volverá a sentirse vivo y fuerte de nuevo.
Las plantas, las flores, el aroma del rocío, los rosales floreciendo. Cada palabra de la autora nos lleva a ese precioso jardín secreto y nos hace sospechar sobre su amor en la realidad de su vida, por estos seres vivos que tan bien parece conocer.

Iris y azucenas blancas salían de la hierba en gavillas y los nichos de siemprevivas estaban llenos de un ejército de floridas lanzas azules y blancas de los altos delfinios o de las pajarillas o de las campánulas.

La vida, el amor, la naturaleza y la amistad enmarcan esta obra creada con los mejores ingredientes para hacer de esta novela infantil algo mágico y perdurable en el tiempo.

La magia siempre esta empujando, tirando y haciendo cosas de la nada. Todo está hecho de magia, la hojas y los árboles, las flores y los pájaros, los tejones y las zorras y las ardillas y la gente. Así que tiene que estar en todo lo que nos rodea. En este jardín, en todos los sitios.


AUTORA

Frances Hodgson Burnett nació el 24 de noviembre de 1849 en Manchester, Inglaterra. La infancia y la juventud las vivió en Inglaterra pero tras la muerte de su padre y la ruina del negocio familiar, emigró a EEUU. en 1865. Como medio para ganarse la vida empezó escribiendo poemas y relatos cortos. En 1877 escribía su primera novela, That Lass O´Lowrie´s. Con la publicación en 1886 de El pequeño lord se dio a conocer como autora de libros infantiles. Sin embargo, el éxito no llegaría hasta la publicación de La princesita en 1905 y El jardín secreto en 1910, completando así su trilogía para niños. 
Su vida no fue un camino de rosas: se divorció dos veces, de los dos hijos que tuvo perdió al primogénito. Se dedicó, aparte de la literatura, a la jardinería, el espiritismo y a la teosofía. Murió en 1924.
El jardín secreto es considerada una de las mejores obras de la literatura infantil. Una metáfora de la vida, un jardín lleno de símbolos como la muerte, la vida, la salud, la enfermedad, la alegría. Es, sin lugar a duda, un libro que deslumbra y conmueve.


PUNTUACIÓN: 3/5