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jueves, 25 de junio de 2015

Cuentos macabros

TÍTULO: Cuentos macabros

AUTOR: Edgar Allan Poe

ILUSTRADOR: Benjamin Lacombe

EDITORIAL: Edelvives

NÚMERO DE PÁGINAS: 212

FORMATO: Cartoné

FECHA DE PUBLICACIÓN: marzo 2012

SINOPSIS:

La desdicha es diversa. La desgracia cunde multiforme sobre la tierra. Desplegada sobre el ancho horizonte como el arco iris, sus colores son tan variados como los de este y también tan distintos y tan íntimamente unidos.

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Los álbumes ilustrados de la editorial Edelvives son realmente bonitos, por su  cuidado formato y su gusto por los detalles más pequeños, además de por elegir siempre a magníficos ilustradores  como es el caso del francés Benjamín Lacombe.
Las ilustraciones que acompañan esta reseña son un pequeño ejemplo de la calidad que posee este artista para reflejar las características y cualidades personales de un autor como
Allan Poe, cuyo poético reflejo aparece en todos y cada uno de sus ilustraciones.
Tanto las imágenes como los cuentos se unen en un todo creando historias macabras, llenas de desdicha, personajes atormentados que sufren una dolor más allá de lo físico, afectándoles directamente al alma.
Poe fue un escritor atormentado en busca de una ansiada felicidad que no pudo hallar en vida y cuyo tormento le hizo perder su sostén con la realidad a manos del alcohol, su, al fin y al cabo, único consuelo.

He sabido que no bebía por placer, sino como un bárbaro, con una actividad y una economía de tiempo totalmente americanas, como si cumpliera una misión homicida, como si hubiera algo en él que quisiera matar, "a worm that would not die" ( un gusano que no terminaba de morir).


Una vida llena de desdichas recogidas al final de esta obra por otro gran escritor y admirador de Poe, Charles Boudelaire, que siempre lo admiró quizá, por sentirse, de alguna manera, identificado en su sufrimientos o bien, también, por una admiración a su obra y su filosofía de la vida.
En este libro podemos encontrar algunos ejemplos de cómo una vida desdichada afecta directamente a la palabra escrita. Amores rotos por la llamada de la muerte, demencia alcohólica o maldad en el alma. Unos ingredientes que enmarcan la tragedia y el terror en su esencia más personal, la de cada uno de sus protagonistas. Un fiel reflejo del propio autor.

Los personajes de Poe, o más bien la persona de Poe, el hombre de agudísimas facultades y de nervio relajado, el hombre cuya fervorosa y paciente voluntad desafía las dificultades, aquel cuya mirada se clava con la rigidez de una espada sobre objetos que se ensanchan a medida que él los mira, es el propio Poe.

Y no hay que olvidar que a esas almas trágicas les acompaña un telón de fondo, una ambientación, una naturaleza lúgubre como el sentir de sus personajes. Marchita a momentos y esplendorosa de realidad en otros. La oscuridad predominante de sus paisajes son poéticamente descritos en cada una de sus historias, así como la arquitectura de castillos y mansiones siniestras. Todo un conjunto de penumbras para hacer de sus cuentos algo realmente espeluznante.

La llamada naturaleza inanimada comparte la esencia de los seres vivos y, como ellos, se estremece con una convulsión sobrenatural y galvánica.


Para poder reseñar sus cuentos era importante mostrar, como hemos tenido intención de hacer, el alma atormentada de este autor de terror. Un terror descrito de diferentes formas en ocho historias que dan forma a lo macabro, en un diálogo simbólico entre el autor y el ilustrador. La palidez y melancolía de las bellas figuras de Lacombe, guían al lector hacia el universo de Poe haciéndolo más tenebroso en esencia ,si cabe.

BERENICE:  Siempre en primera persona, el terror de la demencia sucumbe en nuestro personaje y en su obsesión por la bella Berenice. Hasta qué punto podemos acabar con lo que más queremos y cómo la fragilidad humana y la cobardía nos hace ser vulnerables a la esencia sobrenatural de nuestros peores miedo.

EL GATO NEGRO: Otra vez un hombre, otra vez él mismo, obsesionado por un amor enfermizo, pero en este caso, su amor radica en la botella por encima de cualquier otro. En ese brebaje que obnubila  los sentidos y nos hace creer poseedores de un poder que prevalece sobre los demás, siendo libres de odiar y aferrar a los que nos rodean, los que nos quieren y aguantan. Un gato como símbolo de la conciencia y como vínculo a la terrorífica realidad que volverá a nuestro protagonista para pensar y actuar de manera irracional haciendo salir toda la verdad de su gran secreto.

LA ISLA DEL HADA: En este caso se nos muestra un Poe en forma de protagonista muchos más místico y totalmente integrado en la naturaleza. Hablando de ella y de la vida de una manera metafísica y simbolizándolo en una pequeña isla. Las percepciones del personaje sobre la luz que ilumina ese montículo salido del agua y la magia que desprende esa misma luminosidad, así como su contrapunto en la penumbra donde los rayos del sol no llegan a alcanzar, hacen que experimente un deseo de encontrar al ser mágico capaz de habitar entre esas plantas, apareciendo y desapareciendo tanto en sus sentidos como en su contemplación.

EL CORAZÓN DELATOR: Un depredador, un ser maligno que ensalza los peores valores. Una crueldad intolerable por traspasar los límites de la codicia. Un cuento muy semejante a El gato negro, pero en este caso, es el propio corazón de este antagonista quien quiere mostrar la realidad de su dueño mediante un ruido ensordecedor en el interior del personaje. Una angustia que va en aumento, como si el propio corazón tuviera una vida independiente y quisiera salirse de ese cuerpo corrupto para mostrar la grotesca realidad en la que habita.

LA CAÍDA DE LA CASA USHER:  El paisaje que enmarca esta historia es el verdadero protagonista. Una mansión que se vuelve más importante que el propio personaje, ya que esconde toda la verdad que entre sus paredes existe. La oscuridad y tenebrismo de la Casa Usher aparece en cada una de las estancias y mobiliario descrito por Poe, entre los oscuros tapices colgados de altas paredes, los siniestros retratos o la sobrecogedora cama con dosel, entre otros.
Ventanas alargadas y sillones de orejas donde meditar el desamparo y la tristeza del dueño de ese hogar, con el que  nuestro protagonista deberá convivir hasta su último aliento y una joven que será la causante de los más terroríficos acontecimientos entre las paredes de esa gran mansión.

EL RETRATO OVAL: El más corto de los cuentos. Una historia que nos recuerda a El retrato de Dorian Grey, esta vez en forma de bella y hermosa joven. La obsesión de un hombre por conseguir sus anhelos y la vulnerabilidad de su esposa cuya vida va consumiéndose con cada una de las pinceladas que el pintor administra a ese retrato símbolo de una muerte en ciernes.


MORELLA: Otro nombre de mujer encabeza el siguiente cuento de Poe. Pero en esta ocasión, ella es un ser especial, absorbente, inteligente y hasta demencial para nuestro protagonista cuya obsesión por ella se vuelve locura y le acaba trastornando hasta perder toda la razón a manos de Morella.

Y perdí toda noción de tiempo y espacio, y las estrellas de mi sino se apagaron en el cielo, y desde entonces la tierra se entenebreció y sus figuras pasaron a mi lado como sombras fugitivas, y entre ellas solo veía a una: Morella.


LIGEIA: Nuevo y último personaje femenino dispuesto a atormentar la vida de un hombre cuyo amor es fervoroso hacia la belleza del rostro de su amada: sus ojos, su boca y lo que supone para él la pérdida de ese ser amado a manos de la muerte. La crueldad de la vida y la desesperanza de la soledad que nos lleva a sumirnos en aquello que creemos que nos puede salvar o, por lo menos, hacer sentir mejor, como en este caso las drogas en forma de opio cuyo final le llevará a un sino de destrucción y calamidad.


Estos pequeños y discretos resúmenes de cada uno de los cuentos reflejan las características ya comentadas de la realidad personal de nuestro escritor y que tan bien nos describe Boudelaire.
Además, no hay contenido sin continente y es importante resalta el gran trabajo de diseño del libro, la oscuridad de sus pastas y del borde de sus páginas, la cubierta medio acolchada y las imágenes frágiles y pálidas de Lacombe. Todo esto en conjunto hacen una obra especial y única.
Un conjunto de cuentos macabros pero llenos de una sutil belleza, tanto en sus ilustraciones como en el poder literario de la obra de este clásico entre los clásicos del terror.


AUTOR:

EDGAR ALLAN POE nace en Boston el 19 de enero de 1809, hijo de dos actores ambulantes. Edgar A. Poe perdió a sus padres a la edad de dos años y fue acogido por un rico negociante llamado John Allan. Tras realizar sus estudios en Inglaterra entre 1815 y 1820, y posteriormente en una prestigiosa universidad de Virginia, rompió la relación con su padre adoptivo, que le reprochó la vida "disoluta" que llevaba. Cuando recibió la orden de buscar un empleo bien remunerado, Poe huyó, se enroló en el Ejército y publicó su primer poemario, Tamerlan y otros poemas (1827), que el mismo costeó. En 1829, lo acogió en su casa una tía sin fortuna, Maria Clemm, madre de una niña, Virginia, con que Poe se casó cuando Virginia cumplió una segunda colección de poemas, Al Aaaraaf.
Poe renunció a su carrera militar y, a partir de 1831, comenzó a componer y publicar novelas cortas, cuentos y poemas. En 1833, el relato Manuscrito hallado en una botella obtuvo un premio y le proporcionó un nombre en los círculos literarios de Baltimore, lo que le infundió ánimos para seguir por ese camino.
Más tarde trabajó en varios periódicos y siguió publicando novelas cortas, cuentos y lemas (Ligeia, La caída de la Casa Usher y El escarabajo de oro), que fueron acogidos con éxito. Poe vivió en la miseria con Maria Clemm y con su esposa Virginia, que murió de tuberculosis en enero de 1847.
En enero de 1845, Poe publicó el poema El cuervo, que constituyó por fin su primer gran éxito; pero deteriorado por los años de vida casi vagabunda y devastado por la muerte de Virginia, Edgar Allan Poe se hundió en el alcohol.
Murió en el hospital el 7 de octubre de 1849, a causa de un episodio de delirium trémens, pero antes de su muerte había compuesto alguno de sus poemas más emotivos, como Ulalume (1847), y el ensayo titulado Eureka (1848).


PUNTUACIÓN: 3,5/5

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