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jueves, 23 de julio de 2015

Un grito de amor desde el centro del mundo

TÍTULO: Un grito de amor desde el centro del mundo

AUTOR: Kyoichi Katayama

EDITORIAL: Alfaguara

NÚMERO DE PÁGINAS: 192

FORMATO: Rústica

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2008

SINOPSIS:

Sakutaro y Aki se conocen en la escuela de una ciudad provincial de Japón. Él es un adolescente ingenioso y sarcástico. Ella es inteligente, hermosa y popular. Pronto se convierten en amigos inseparables, hasta que un día, Sakutaro ve a Aki con otros ojos, y la amistad cómplice se transforma en una pasión arrebatadora. Ambos viven una historia capaz de trastocar lo sentidos y borrar las fronteras entre la vida y la muerte.

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De dónde salió este ejemplar es algo que aún desconozco. Imagino que lo "tomaría prestado" de la biblioteca de mi madre, como otros muchos libros, y se quedaría durante unos cuantos años fosilizado en mi estantería hasta que reparé en él.
Su escaso número de páginas y la frase que aparece en la contraportada: "la conmovedora historia de amor que ha enamorado a millones de lectores de todo el mundo", me hizo decidirme a cogerlo como mi siguiente lectura y, la verdad, no fue tan espectacular como había pensado.

Como siempre realizo una pre-conclusión antes del análisis de la historia, he de decir, que estoy cogiéndole un poco de manía a los autores japoneses. Tanto éste como el anterior que leí y reseñé (Tokio Blues) de Murakami, me hace cuestionarme si no tienen todos una predilección un poco catastrófica sobre el amor. Éste siempre aparece directamente relacionado con la muerte, la tristeza y la amargura.
Me gustaría creer que se trata de una ligera coincidencia, pero el hecho me ha producido un poco de resquemor y no me ha dejado disfrutar del todo de la novela.
Un grito de amor desde el centro del mundo es una historia de amor adolescente marcada desde la primera página por la pérdida personal. 
El primero amor es siempre el más intenso o, por lo menos, el que recordamos toda nuestra vida y si, como ocurre en este caso, la persona amada muere, la intensidad del mismo se multiplica hasta límites que la propia razón desconoce.

A mí, una sola muerte me ha despojado de todas mis emociones

Sakutaro y Aki se conocen y se enamoran. Él es un adolescente con las hormonas algo revolucionadas y ella es una hermosa joven con ganas de vivir. Los dos descubren el fascinante momento del primer amor de una manera irresistible y profunda y Sakutaro es el responsable de hacernos ver mediante retrospectivas del pasado, la relación tan intensa que viven los dos desde que se comienza su historia.

Y aquella chica tan hermosa estaba enamorada de mí. De pronto, tuve una horrible certeza. Por más tiempo que viviera, jamás podría esperar una felicidad mayor que la que sentía en aquel momento.

El amor elevado hasta las escalas más altas. Puro y sincero, dueño del universo y destino claro y perfecto para la esperanza de los eternos enamorados.
Sakutaro descubre en su abuelo un gran aliado al que confiar sus sentimientos. Un hombre mayor que se convierte, sin haberlo imaginado, en un reflejo donde descubrir que en la juventud todos tenemos nuestra propia e intensa historia de amor. La del abuelo era un poco novelesca, ya que, a pesar del amor que se procesaban, los caminos de los amantes se separaron y formaron distintas familias, aunque siempre estuvieron enamorados.

-Por lo visto, si no piensas que algún día volverás a reunirte con la persona amada, no puedes consolarte por haberla perdido. Mi abuelo dice que ese es un sentimiento inmortal, vamos, que no cambia a lo largo del tiempo.


El autor ya nos está adentrado en el inconsolable terreno de la muerte, pero vista por los jóvenes como una etapa transitoria por la que hay que pasar para seguir queriéndose sin reservas, por lo que el amor se convierte en algo imperecedero y eterno, más allá de las circunstancias vitales de las personas.
La enfermedad inesperada de Aki ataca inexorablemente y desgaja en pedazos las esperanzas de estos jóvenes que, después de vivir aventuras preciosas y únicas en la vida de dos recién enamorados, se ven envueltos en una realidad que hace mella en ambos, pero con la entereza de sus sentimientos vivos y fuertes para conseguir superar los avatares con la ilusión de su joven amor.
Aki no deja de ser la más sensata, sobre todo en estos momentos de dolor y va descubriendo, conforme la enfermedad la consume, que el amor es algo que vivir con Sakutaro en el presente ya que ese momento será el que perdure eternamente en su corazón.

-¿Sabes? Creo que lo que tenemos en el presente lo comprende todo. Ahí está todo, no falta nada. Por lo tanto, no hay ninguna necesidad de pedir lo que nos falta a Dios ni buscarlo en el otro mundo o en el paraíso. Porque ya existe. Y creo que lo importante es, precisamente, buscarlo -hizo una pausa- Y lo que no existe, aquí y ahora, tampoco existirá después de la muerte. Solo lo que hay aquí y ahora, lo seguimos teniendo después de muertos.

La vida se hace más intensa si cabe en este periodo de agónica espera para los dos amantes. Para Aki es un aprendizaje del poder de la vida y la resignación a su injusto sino por culpa de la leucemia y para Sakutaro es una lucha interna contra la realidad y externa por arañar momentos a la muerte y dejar que el amor sea más fuerte que ella.
Con un desenlace emotivo y una muerte anunciada a la que nos hemos enfrentado desde la primera página, Sakutaro tiene que ver la realidad de un mundo que continúa avanzando sin Aki, pero con la esperanza de tenerla siempre en su corazón y en su alma hasta que él pueda reunirse otra vez con ella en la muerte.

-Ella está muerta. Su cuerpo ha sido incinerado y convertido en cenizas. Las cenizas las esparcí yo con mi propia mano por el desierto rojo. Sin embargo, ella está aquí. Soy incapaz de creer lo contrario. No es una alucinación. No puedo hacer nada contra esa sensación.

Con un final triste pero lleno de esperanza sobre la fuerza del amor como una especie de método de superación de las dificultades a las que la vida nos enfrenta y con la pasión de un enamoramiento lleno de la ternura del comienzo. El autor, nos narra una tragedia, al más puro estilo de Shakespeare, que moverá nuestros sentimientos y nos conmoverá con cada palabra.

Una vida solitaria se hace larga y tediosa. Sin embargo, cuando la compartimos con la persona amada, en un santiamén llegas a la bifurcación donde tienes que decirte adiós.


AUTOR:

Kyoichi Katayama nació en Ehime Prefecture, Japón, en 1959. Inició su trayectoria literaria en 1986, con Kehai, ganadora del Bungakkai Newcomers Award.
Luego siguieron John Lennon o Shinjiru na, Mangetsu no Yoru, Moby Dick ga y Moshimo Watashi ga, Soko ni Irunaraba, pero su novela consagratoria es, sin duda, Un grito de amor en el centro del mundo, que ha vendido en Japón más de tres millones de ejemplares y ha sido traducida en diversos países, convirtiéndose en un gran éxito de ventas. Kyoichi Katayama reside actualmente en Kukuoka.


PUNTUACIÓN: 2,5/5




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